domingo, 28 de agosto de 2011

El Estado Eslovaco en la época nazi. Tercera parte

El nacimiento del estado eslovaco y la colaboración con Alemania
En marzo de 1939 estalló una profunda crisis con Praga, que terminaría destruyendo Checoslovaquia. Tiso se negó a acudir a la llamada del nuevo presidente de la República, Emil Hácha, para debatir sobre el futuro del país. El gobierno de la República reaccionó con energía, ya que proclamó la ley marcial en Eslovaquia y se deponía el gobierno autónomo, nombrando otro. La población eslovaca, más ajena de los planteamientos independentistas de lo que la actividad de sus líderes pudiera suponer, no reaccionó. Pero los alemanes habían encontrado el pretexto para terminar con la existencia del estado checoslovaco. Tiso, retirado a una parroquia rural en libertad vigilada, fue animado a que retornara a Bratislava. En la capital se reunieron las más destacadas figuras políticas eslovacas y declararon ilegítima la actuación del gobierno federal. En esa reunión acordaron proclamar la independencia. Además, se solicitó a Hitler que obligara a Praga a respetar la autonomía eslovaca. Tiso y Durcansky volaron a Berlín, reclamados por Hitler. En la Cancillería del Reich se selló el final de la República Federal Checoslovaca cuando Tiso dio su consentimiento a la desintegración. En Bratislava se reunió la Dieta Autónoma, que dio fuerza legal a la separación y confirmó un gobierno presidido por Josef Tiso, con Tuka y Durcansky en el mismo. En la Cancillería de Berlín, el presidente Hácha, presionado, firmó el acta de disolución de Checoslovaquia. Chequia se transformaría en el Protectorado de Bohemia-Moravia, integrado en Alemania, Eslovaquia sería un estado independiente y Rutenia pasaría a formar parte de Hungría.
Aunque se había proclamado la independencia de Eslovaquia ésta no era tal, porque Alemania ejerció su influencia y protección. En el mismo intenso mes de marzo de 1939, Berlín y Bratislava firmaban un tratado por el cual Eslovaquia ponía su economía y política exterior al servicio de Alemania, a cambio de la salvaguardia de su independencia frente a terceros, como Hungría, aunque Budapest era fiel aliada de los alemanes. El tratado permitía, por lo demás, el establecimiento de tropas alemanas en el país, especialmente, en la frontera con Moravia. Eslovaquia permitió que el ejército alemán usara su territorio para el ataque a Polonia en septiembre. Eslovaquia quedó íntimamente vinculada a Alemania como un estado satélite.
La Dieta eslovaca aprobó en junio una Constitución con fuerte esencia religiosa, ya que Eslovaquia se conformaba como “una comunidad cristiana nacional”. El sistema político no era una democracia, ya que se establecía un sistema de elección de lista única, la del PPE, convertido en partido único, con secciones alemanas y magiares. El sistema político no puede ser definido como fascista al estilo italiano o alemán, sino como un ejemplo de autoritarismo y corporativismo con fuerte acento clerical, que podría asemejarse, salvando distancias, al salazarismo portugués o al sistema socialcristiano de Dollfus en Austria antes de la anexión alemana. En octubre, Tiso fue elegido presidente dela República y Tuka pasó a ocupar la jefatura del gobierno.
El 30 de enero de 1940, Eslovaquia dio un paso más en su compromiso con Alemania y el nuevo orden que estaba poniendo en práctica en Europa, ya que firmó un nuevo acuerdo que vinculaba aún más su economía con la alemana. A cambio, se recibió ayuda técnica, se construyeron carreteras y su madera y carbón pudieron venderse en excelentes condiciones en el mercado centroeuropeo. En noviembre, se llegó al culmen del compromiso, cuando Bratislava se adhirió al Pacto Tripartito. En junio de 1941, tropas eslovacas participaron en el ataque a la Unión Soviética. En diciembre de ese año, Eslovaquia declaró la guerra al Reino Unido y a Estados Unidos.
En el seno del PPE se desarrolló durante estos años una intensa lucha política entre los sectores conservadores, de fuerte componente católico, y próximos a Tiso, y el ala fascista. La Guardia Hlinka tuvo un papel primordial, siguiendo el modelo de las SS, en la formación de la juventud eslovaca en el nacionalismo y en el combate de los sectores de la población que se consideraban enemigos de la unidad de la patria eslovaca. Comenzó, pues, la persecución a las minorías. Una ley de abril de 1939 permitió expropiar los bienes de los miles de checos que fueron detenidos, deportados o internados en campos de concentración. Los judíos sufrieron la intensa persecución de esta dictadura clerical. El antisemitismo del catolicismo eslovaco fue notorio. Entre noviembre de 1938 y agosto de 1939, se dictaron leyes restrictivas, que expulsaron a los judíos de la Administración y les vetó el acceso a la enseñanza superior. En agosto de 1941, los alemanes pidieron a Eslovaquia el envío de judíos hacia los campos situados en Polonia. El 10 de septiembre, la Dieta aprobó un Código Judío que autorizaba la deportación legal, tarea encomendada a la Guardia Hlinka. Entre marzo y agosto de 1942 se deportó a unos 56.000 judíos.
En ese contexto de pugna política entre los dos sectores de la clase política eslovaca, el sector conservador comenzó a alarmarse del radicalismo del ala fascista. Tiso tomó la decisión de asumir el mando directo de la Guardia Hlinka, aunque no consiguió que Mach, otro de los destacados líderes del ala de extrema derecha, al frente del Ministerio de Propaganda, abandonase este capital puesto de fuerte influencia política. Ante la posibilidad de una ruptura, el propio Hitler intervino en una reunión celebrada en Salzburgo en julio. De esa reunión salió Tuka reforzado, Mach pasaba al frente del Ministerio del Interior y recuperaba la dirección de la Guardia. Los fascistas reforzaron su control de los resortes de la administración y de la economía. La propia Constitución fue reformada para personalizar y potenciar el poder ejecutivo, según el modelo alemán, y Tiso perdía competencias. Pero el eclesiástico contraatacó con apoyo de sus seguidores y de la Iglesia eslovaca, empleando, a su favor, precisamente, esa potenciación del poder ejecutivo, al asumir la totalidad de los poderes del Estado como Vodca, o caudillo. Berlín no intervino porque la colaboración no menguó. La razón estaría en el auge de la resistencia eslovaca y Tiso fue consciente de que necesitaba a los alemanes para controlarla.

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