lunes, 29 de agosto de 2011

El Estado Eslovaco en la época nazi. Cuarta y última parte

La oposición: Resistencia, insurrección de 1944 y el final del estado eslovaco
Una cuestión interesante tiene relación con la postura de la población eslovaca en relación con sus dirigentes y la situación en la que se encontraba Eslovaquia en este momento. Nunca hubo un ferviente entusiasmo hacia la dictadura corporativa y clerical aunque es innegable que Tiso gozó, especialmente, al principio, de un alto grado de popularidad. En cambio, la vinculación del ala radical del Partido, con el nazismo, no contó con simpatías entre el pueblo eslovaco. La agresión a Polonia, un país que gozaba de una tradicional vinculación con los eslovacos, fue acogida con rechazo.
La oposición al régimen político fue muy escasa en el momento de la fundación del estado eslovaco, ya que la izquierda era muy débil, especialmente por la falta de una clase obrera nutrida en un país muy poco industrializado. Pero en el seno de los contingentes de tropas enviadas a luchar en la invasión de la URSS, la tradicional rusofilía eslovaca fue fatal para los alemanes, ya que fue muy alto el número de soldados que desertaron y se pasaron al Ejército Rojo, o se unieron a los partisanos ucranianos.
Por su parte, los representantes de los sectores demócratas eslovacos establecieron contactos con el Comité Checoslovaco en el exilio, presidido por Benes. En el otoño de 1943 decidieron unificar política y militarmente a la Resistencia. En Moscú, Benes llegó a un acuerdo con el Consejo Nacional Eslovaco, de mayoría comunista. Las penurias de la vida en guerra terminaron por hacer mella en la población y creció el malestar y la disposición a apoyar la lucha antifascista. El 24 de agosto, los soviéticos estaban muy cerca de las fronteras, provocando que los alemanes entraran en Eslovaquia con el permiso de Tiso, que había proclamado el estado de guerra. Ese fue el momento en que en la zona de los montes Tatra estalló la insurrección, estableciéndose la ciudad de Banskà-Bystrika como capital de la zona liberada. Parte del ejército eslovaco enviado para sofocar la rebelión se pasó a las filas partisanas. Este hecho, provocó que los alemanes desarmaran al resto del ejército. La Wehrmacht asumió la tarea de combatir a la Resistencia. Muy cerca, el Ejército Rojo comenzó a ralentizar su marcha, lo que permitió que los alemanes liquidaranla situación con alto saldo de víctimas. Dos días después, los soviéticos entraban en Eslovaquia.
Tiso decidió ofrecer resistencia a los soviéticos, consciente de que había vinculado su suerte a la de los alemanes; destituyó a Tuka y al ministro de Defensa por no haber evitado las deserciones masivas. En el invierno de 1944-1945 los alemanes y los eslovacos fieles a aquellos fueron cediendo posiciones. El día 3 de abril de 1945, Benes estableció el gobierno checoslovaco en Kosice.
El papel de la Resistencia eslovaca y la insurrección de 1944 fueron claves para evitar que Eslovaquia fuera incluida en la lista de países derrotados en la guerra. Eslovaquia perdió la independencia política y se emprendió una purga, eso sí, bastante suave, de colaboracionistas aunque Tiso y Tuka fueron condenados a muerte.

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